Julio Cortázar, el escritor que revolucionó la escritura hispana
Nació un día como hoy 26 de agosto
“La explicación es un error bien vestido”.
Frase propia de Julio Cortázar
Cortázar de niño- mente de buscador
El escritor Julio Cortázar fue un ser que no dio nada por hecho, así pues desde pequeño desarrolló un pensar que siempre se mantuvo inquieto fuese en las situaciones más sencillas o más complejas:
“Yo creo que desde muy pequeño mi desdicha y mi dicha al mismo tiempo fue el no aceptar las cosas como dadas. A mí no me bastaba con que me dijeran que eso era una mesa, o que la palabra "madre" era la palabra "madre" y ahí se acaba todo. Al contrario, en el objeto mesa y en la palabra madre empezaba para mí un itinerario misterioso que a veces llegaba a franquear y en el que a veces me estrellaba”.
Como se denota, Cortázar, era un ser curioso y necio pues refutaba la conceptualización absoluta de las cosas, sin embargo, gracias a estas características de su persona, dejó tiempo después tras su muerte una magnitud de cartas y libros que constituían su marcado estilo como escritor al surrealismo mágico.
Carta a voz del año 1963 en París
Lease en manos la carta de su más fidedigna expresión autobiográfica, cuando se encontraba en París, con un retumbar de hace 56 años, en 1963:
“Nací en Bruselas en agosto de 1914. Signo astrológico, Virgo; por consiguiente, asténico, tendencias intelectuales, mi planeta es Mercurio y mi color el gris (aunque en realidad me gusta el verde). Mi nacimiento fue un producto del turismo y la diplomacia; a mi padre lo incorporaron a una misión comercial cerca de la legación argentina en Bélgica, y como acababa de casarse se llevó a mi madre a Bruselas. Me tocó nacer en los días de la ocupación de Bruselas por los alemanes, a comienzos de la primera guerra mundial. Tenía casi cuatro años cuando mi familia pudo volver a la Argentina; hablaba sobre todo francés, y de él me quedó la manera de pronunciar la «r», que nunca pude quitarme. Crecí en Banfield, pueblo suburbano de Buenos Aires, en una casa con un gran jardín lleno de gatos, perros, tortugas y cotorras: el paraíso. Pero en ese paraíso yo era Adán, en el sentido de que no guardo un recuerdo feliz de mi infancia; demasiadas servidumbres, una sensibilidad excesiva, una tristeza frecuente, asma, brazos rotos, primeros amores desesperados.”
Cómo define el escritor, su infancia fue brumosa y con un sentido del tiempo y del espacio diferente al de los demás.
Cortázar sumergido en la lectura
Cortázar inspirado en numerosas ocasiones por las experiencias de su vida llegó a escribir cuentos basados en ello, de pequeño era un niño enfermizo por lo que la lectura fue su primera y fiel acompañante.
A los nueve años ya había leído a Julio Verne, Victor Hugo y Edgar Allan Poe, padeciendo por ello frecuentes pesadillas durante un tiempo.
Consejos irónicos a la deriva de la curiosidad Cortázar
Leía tanto que su madre primero acudió al director de su colegio y luego a un médico para preguntarles si era normal, y estos le recomendaron que su hijo dejara de leer o leyera menos durante cinco o seis meses, para que saliera a tomar sol.
El libro que inspiró su estilo
En una librería de Buenos Aires, descubrió a los 19 años el libro Opio, de Jean Cocteau, cuya lectura cambió "por completo" su visión de la literatura y le ayudó a descubrir el surrealismo.
De la complejidad a la escritura
En 1948 obtuvo el título de traductor público de inglés y francés, tras cursar en apenas nueve meses estudios que normalmente llevan tres años. El esfuerzo le provocó síntomas neuróticos, uno de los cuales (la búsqueda de cucarachas en la comida) desaparece con la escritura del cuento Circe.
Residió en Italia, España, Suiza y Francia, país donde se estableció en 1951 y en el que ambientó algunas de sus obras.
En agosto de 1981 sufrió una hemorragia gástrica y salvó su vida de milagro. Nunca dejó de escribir, fue su pasión aún en los momentos más difíciles. Poco después, el presidente Francois Mitterrand le otorgó la nacionalidad francesa.
De París a la muerte en 1984
En París, vivió sus últimos años en dos casas, una en la rue Martel y otra en la rue de L'Eperon. La primera correspondía a un pequeño apartamento de tercer piso sin ascensor, cómodo, luminoso y lleno de libros y discos de música, donde solía recibir amablemente continuas visitas de otros escritores que pasaban por la ciudad, en compañía de su gata Flanelle.
Esta fue una versión corta de la vida de Cortázar, probablemente haya que decirse más de este escritor que un día como hoy 26 de agosto nacería para dejar rastro de su pensamiento incansable a través sus obras.
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