Yo sólo soy la memoria y la memoria que de mí se tenga
La muestra colectiva de escultura, pintura y fotografía "Yo sólo soy la memoria y la memoria que de mí se tenga", que fue inaugurada el 27 de abril en Demina Laboratorio de Artes, será levantada en 11 de junio.
Esta muestra colectiva está conjuntada con obra de varios artistas locales del puerto de Acapulco, lo cual permite ver el trabajo artístico en la plástica y visual de un segmento de creadores. Obras que también están a venta al público.
Temas diversos se presentan en el lugar a través del arte figurativo, fotografía digital, escultura, con técnicas diversas, eso da una pausas entre bloques al visitante, ya que lo obliga a asimilar previamente el significado que él interpreta, para poder pasar de un tema a otro.
Trabajos desde un minimalismo hasta de una carga de elementos, obras con toques de penumbra como las de Antonio Lozano, hasta las coloridas como las fotos digitales de Gio Badillo. Dos esculturas como epicentros de la exposición, una de Jorge Alfaro, El eterno retorno, y otra de Kel Kepenyes, Matriz del universo. Esta última deja ver en la exposición que hay juego en la generación de los exponentes.
En la inauguración se dio el encuentro entre varios artistas del puerto de Acapulco, lo cual enriquece el intercambio de ideas, proyectos e incluso pesares en el devenir del quehacer cultural en Acapulco y el Estado de Guerrero.
Los exponentes fueron: Pal Kepenyes, Jorge Alfaro, Malachamba, Antonio Lozano, Brian Mena, Asgard Tinajero, Gio Badillo, Andrez Reyna, Eunice Almódovar, Baick, Jorge Almeida, Emiliano Carrillo, Manuel Valdovinos, Sonia Montoya, Luis Vargas Santa Cruz y Gerardo M. Ríos.
El texto de sala estuvo a cargo del poeta acapulqueño Ari J. González. El cual compartimos integro:
La memoria es traidora y a veces nos invierte el orden de los hechos o nos lleva a una bahía oscura en donde no sucede nada.
ELENA GARRO
Los recuerdos del porvenir
Ojo cerrado: voy hacia un viaje por las capas de mi memoria. El viaje o la quietud de mirar. Pieza y mirada se configuran en cada parpadeo. En cada ángulo de la luz recorriendo las superficies. Tan pronto esta sala se vacíe y quede a oscuras, el recuerdo ocurrirá aquí y en quien le invoque.
Ojo abierto: las obras de esta colectiva intercambian sentidos como amuletos para un trueque; su estado como piezas que cohabitan una misma instalación, les sustrae de su primer centro en las imaginaciones de las personas autoras y las sitúa justo aquí, frente a tus ojos. Muchos tránsitos se han cumplido hasta este lugar. Distintos estratos de la memoria cada vez. Imágenes que migraron de cuerpo en cada momento de su materialización.
En esta exposición confluyen memorias de distintas generaciones. La capilaridad que se origina por esta confluencia nos permite palpar momentos sensibles en la producción artística contemporánea en Acapulco y en México. En su sueño polifónico estas piezas nos cuentan relatos que parecen emerger del delirio. De presentes remotos que bien podrían ser un recuerdo de vidas pasadas y otras más por vivir. Paralelismos y discontinuidades que perfilan la obra y le dan una historia antes de su irrupción en el lienzo, antes de obturar el espacio desde una lente y dejar un testimonio de ese instante. El recuerdo del tiempo anterior esculpe sobre el presente corporalidades de gestos congelados, movimientos que penden de quien los mira y desde dónde lo hace.
Ojo cerrado: ocurrirá aquí y en quien lo invoque. El recuerdo de esta sala vacía y a oscuras. Luego la luz recorrerá superficies. Cada ángulo. Un parpadeo configurará las piezas. La quietud del viaje o la mirada atravesando capas de la memoria.
Ari J. González