El Fuego nos contiene: los cuentos de Astrid
Texto por Flor Venalonso Neri
En “La tumba de la sumisión“ encontramos cuentos surrealistas, imágenes oníricas, es lo que vamos a leer en la obra de Astrid. Su lenguaje sencillo y el tono de voz tan displicente inmediatamente nos atrapa porque reúne, sin proponérselo, los elementos que ya se han ensayado antes. Astrid escribe desde una idea primaria y la va desarrollando mientras que nos conduce al mundo interno de la literatura, en sus cuentos los personajes viven en el asombro. Y van descubriendo paso a paso que eso que necesita respuesta siempre está frente a uno.
En el primer cuento acudimos a un episodio ”mágico” en donde las llaves son posibilidades a nuevas formas de ver la realidad. Cada llave es un intento por mostrar de la manera más surrealista que la creatividad es suficiente para desplegar nuestras emociones: asombro, ternura, dolor.
Un pincel es la mejor respuesta que uno puede obtener para retratar esas imágenes oníricas que sólo Astrid puede conjugar.
En el segundo cuento vamos entendiendo una disertación que tiene el personaje por su pasión a la hoja en blanco. Papel y música son aquí las categorías fuertes. De uno brota el germen que hará continuar, o no, al personaje. Suena Revolution de fondo y esa imagen de la radio que cada día se escucha, peor es el alma del cuento. El cigarro, la humedad, la oscuridad. En este cuento Astrid demuestra que lo suyo es la narración de imágenes, una tras otra que no se detiene hasta llevar al personaje al extremo y para cerrar con una pregunta que me parece fabulosa: ¿Por qué no se me había ocurrido antes?
En el tercer cuento pienso que es de una revelación tan fuerte como brutal por las descripciones que Astrid va planteando hasta llevarnos al final para saber el porqué tanta sumisión ha sido trabajada con esmero y paciencia a través de 20 años. La vida de una joven adolescente que nos lleva a revivir un pueblo netamente costeño. Las costumbres, la tradición, las fiestas, las muertes, la boda y sobre todo la fortaleza de su personaje Cruz nos muestra hasta dónde es capaz de llegar una mujer lastimada, alejada de su padre. Hasta dónde es capaz una para salvar a las que vienen después de nosotras. Ser La tumba de la sumisión es una gran responsabilidad y en este cuento Astrid revela aspectos poco explorados en los personajes femeninos. La rudeza, el odio, el rencor disfrazado de ternura y abnegación.
¡Vamos a leer!