Empatía por la causa de las mujeres, y La Mujer Sola, puesta en escena por Oscar Flores Acevedo.
Anoche en el Centro Cultural El Crisol, se realizó la puesta en escena de esta genial obra de Franca Rame y Darío Foo, con Óscar a cargo del monólogo. Se necesita especial empatía, entendimiento y comprensión del personaje elegido, femenino, para que un actor de la talla de Óscar lo encarne, literalmente.
Una expresión popular para dar cuenta de la empatía es “ponerse en los zapatos del otro”, así en masculino, no es casual. En contrasentido, digamos que Óscar ha elegido ponerse las pantaletas, el negligé y el sostén de la otra, para representar su liberadora causa, asumiendo el rol de una mujer violentada por su marido, por el sistema patriarcal, que cercena sus posibilidades laborales, sociales, como de expresión sexual, al ser encerrada en casa por el marido. Los bienes materiales de un hogar pequeñoburgués, la jaula, en la conciencia dominada de ella se vuelven “muestra” de su “bienestar”, en su situación de esclava.
Óscar ha puesto en juego todos sus recursos histriónicos: varios registros de voz, sufrimiento corporal expresado intensamente en su piel, poses de mujer autoengañada con lo trágico de sus circunstancias, maneras de fingir para satisfacer al marido, haciendo uso pleno del espacio y mobiliario dispuesto para su puesta. Óscar es un actor experimentado, quien además de dirigir esta misma obra cuando la representa la extraordinaria Mara Villagómez, enfrenta el riesgo de brindarnos esta doble perspectiva de la dominación masculina sobre todo acto femenino, precisamente para mostrarnos con especial énfasis, la brutalidad de tal relación. Sí, su acto supremo de comprensión lo lleva a encarnarlo, espejeando la huella que llevamos de machismo, introyectada a través de prácticas familiares, comunitarias y sociales que violentan de mil maneras a nuestras compañeras de vida, hijas y madres, parientes y vecinas.
Es sabido el gran amor que tienen millones de brasileñas a Chico Buarque de Holanda, cantor, compositor, novelista y dramaturgo, por expresar maravillosamente el sentir profundo de las mujeres, sus necesidades e intereses, como ningún otro hombre lo ha hecho. En este caso, Óscar ha escenificado ese sentir profundo, con la tremenda demanda de recursos teatrales necesarios, y con los que cuenta, para impactarnos en la puesta.
Nos quedamos con esa incómoda sensación de construir jaulas, cárceles, encierros, cada vez que como hombres damos paso directa o indirectamente, a la dominación masculina. Nos toca a cada uno desprendernos de ella, participando en las convocatorias feministas de estos días, que preludian nuevas relaciones mujeres/hombres. ¡Gracias a su ejemplar lucha! ¡Vamos con ellas!