El hijo del viento
Henning Mankell
"... y nos quedamos huérfanos...
en el abandono...
en la total soledad..."
Decires escuchados en la clínica
En la novela "El hijo del viento" del escritor sueco Hennig Mankell, uno puede ir percibiendo como se instala gota a gota in crecendo el sentimiento de orfandad, al terminar de leer la última página el lector puede quedar abatido, y estacionado en lo que significa lo que es un sujeto huérfano.
Molo un niño del desierto de Kalahari, que quedó huérfano por una guerra tribal, y es adoptado por el sueco Hans Bengler, quien le cambia el nombre al niño africano por Daniel Bengler. Daniel será llevado a Suecia del siglo XIX para ser explotado de cierta forma, siendo exhibido al público curioso en lo racial. Su mundo se encuentra con otro mundo, como decía Montaigne. Pese a sus recuerdos, sus padres, su antílope sagrado le daban ánimo para su anhelado regreso a África, la vida "civilizada" fue derrumbando a Daniel en forma dolosa.
Daniel, como muchos de nosotros que combatimos al vacío, vamos en búsqueda de la completud, entre ella, que nos amen, pese a la frase de Camus: amar es lo de menos, lo más importante es amar. Pero Daniel es un infante donde su recurso lingüístico quedó fuera del espacio y tiempo de su vida, su mente se fue apoderando de su conducta "errática" en un mundo del progreso, no encontró un espacio para ser y estar.
El hijo del viento es una novela que sale del canon principal de Mankell, la novela negra contemporánea. Pero no por eso es una obra pequeña, es una obra que marca no solo el tema del ser desprendido del terruño, también se deja leer el racismo, el egoísmo de los individuos, el colonialismo pseudo humanista de los europeos.
Recomendada.