Las Novelas de Altamirano (2a Parte)

Las Novelas de Altamirano (2a Parte)

El Zarco

La nota al final  del manuscrito que aparece en esta novela dice: “He concluido esta novela a las 11:20 de la noche del 6 de Abril de 1880”. En la portada parece esta advertencia: El Zarco, episodios de la vida mexicana en 1861 – 63.

La acción de El Zarco se sitúa en Yautepec perteneciente entonces al Estado de México (El estado de Morelos no recibió esta categoría sino hasta el año 1869). Esta región fue muy bien reconocida por Altamirano y según refiere Marte R. Gómez, cuando visito Yautepec en Febrero de 1915.

Hacia la fecha en el que el autor ubica los acontecimientos la guerra civil no había concluido, los grupos de salteadores y bandidos eran comunes y se reconocían por las características de su atuendo, por los lugares en los que operaban o por sus técnicas de pitaje y robo.

Los plateados asolaban en el actual estado de Morelos comandado por El Zarco llamado así por sus ojos de ese color claro que el vulgo llama Zarco. El Zarco es la novela de plena madures del autor, un espejo muy fiel de lo que fue México en un momento dado, con su respectivo marco histórico que refleja una imagen elocuente dónde está la verdad y dónde el error para encontrar el camino cierto para la reconstrucción de la patria.

Antonia

Aparecida en 1872 pretende ser la primera serie de novelitas con el título genérico de idilios y elegías (memorias de un imbécil). Son las impresiones de los infortunados amores del protagonista, que está a punto de ir a un hospital de locos o de arrojarse al mar. No está exenta de crítica al ejército de Santa Ana y a la falta de energía de los pueblos para oponerse a las contribuciones en dinero. Otro tanto podría decirse respecto a la simpleza de la gente, que consideraba honrada con que los militares los despojaran de sus bienes y les robaran a sus hijas.

La acción de esta novelita se sitúa en los años de la intervención norte americana; el autor pone en evidencia las lacras del ejército, como se obtienen los grados en comparación con la vida que llevan los soldados; las obligaciones de los pueblos al paso de las brigadas militares; la actitud de los falsos héroes. 

A lado de esto una historia de amor espontáneo, fresco y primitivo que termina con la entrada de la tropa, Antonia se prenda del coronel y pronto olvida a su joven amante, vuelve a comentarse el asunto de la decisión de una muchacha que invariablemente elige al galán apuesto sobre el humilde, y las inquietudes de una vida que promete novedad, cambio, aventura, inseguridad, sobre la monotonía de la tranquilidad conocida y por tanto sin interés.

Beatriz

Incompleta apareció en el Domingo en 1873 debía ser la segunda narración dentro de la secuencia “Idilio y Elegías” que inicio “Antonia”. Aquí se plantea el problema de la educación, describe lo que en los eran colegios heredados de la organización colonial: Edificios, Programas de estudio, Costumbres. Hasta esta cárcel llega la madre de un condiscípulo del protagonista, cuya perfección y atractivos le despiertan un febril sentimiento amoroso, la obra queda en suspenso n el momento en el que el muchacho se pregunta, cómo podrá acercarse a tan hermosa señora.

Atenea

La novela inconclusa que escribió Altamirano poco antes de salir de su patria para siempre, se sitúa en el extranjero en Venecia, marco refinado para describir el añor intelectual de un hombre maduro que se siente enfermo y cansado.  Esta obra parece ser como las otras, producto de recuerdos pero debe haber sido más nostálgica la evocación en los últimos años de vida del maestro.

El fragmento fue escrito en 1889 en memoria a una mujer excepcional no solo por su belleza, sino por su cultura talento y educación a lo que Altamirano no pudo permanecer indiferente ante personalidad tan poco común desde luego, Atenea pudo estar o no inspirada en la personalidad de Adelaida Ristori la actriz italiana más famosa del siglo XIX que en la plenitud de su vida y de su arte deslumbro al público culto de México, pero curiosamente muchos detalles pueden hacer pensar en que la posibilidad no es tan remota.

Como se ha visto Altamirano toma de la realidad los elementos concretos con los que elabora sus obras: historia, paisajes, costumbres, problemas sociales, recuerdos personales, pero sobre estos datos construye otros mundos para hacer posible la idealización amoroso la utopía social, o la lección moralizadora. De ahí su valor literario, humano, que con un gran sentido del equilibrio se aglutinan para producir una obra de interés permanentemente.

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