Poesía Guerrerense:
Argentina Linares
Trazos
Para X, por su falta de remos.
Miras la posibilidad de conservar la cruz de tu nombre. Con un fragmento de lápiz esbozo una “X” en los límites de una tromba. La muerte rema en el ir y venir del litoral, pasa por agosto como una ofrenda sobre tus manos.
Es así el oleaje. Noche donde guardo el trinar de un gorrión debajo de tu lengua. No pronunciaré la sed de esta ciudad de perros afiebrados. No la pronunciaré, no viajaré en la herida como un virus y sus síntomas. No seré una melodía enferma dentro de mis ojos.
Antes de ahondar en el cuerpo que zurces con tus líneas de sal, renové mis manos para no darte el tropel de sollozos que me desgastan.
He de irme con el agua.
Pertenezco a la balsa de claras lejanías.
Soliloquio de los perros
No hubiera podido llegar a media noche. La memoria y su constancia se asignan sobre mi lomo. Húmedo, caigo sobre el periódico de un basurero. Mis vellos son más densos, las horas descienden sobre mi pelaje, se yergue. Qué soy si ante una caricia ladro, si ante una caricia soy más vulnerable.
No hubiera podido llegar a media noche,
a la hora más alta del relámpago.
Mis latidos son palomas
en búsqueda de un hogar.
*
Tuve,
a pesar del desvelo y del hambre
una caricia como único reconocimiento.
*
Y a pesar del gentío
fui sombra malgastada de tanto sol en el asfalto.
Mis cuatro patas cruzan las efemérides
de los lunes en las voces infantiles.
Veo izar una bandera desde la reja de una primaria
las manos pequeñas me recuerdan la mansedumbre.
*
Me baño en la fuente de una glorieta. Lavo el sereno de la noche anterior mientras intento evitar a los demás perros que beben de esta misma fuente.
No sé flotar sobre las avenidas que se estrechan entre tantos coches, no sé diferenciar el rojo del semáforo. Sólo espero llegar al otro lado de la calle sin que el claxon desgarre mis oídos y mis cuatro patas no tropiecen unas con las otras.
*
Llevo caricias en mi pelaje de mi último dueño.
La corrupción de las avenidas oxidan las llagas de cuando estuve en casa.
Sé que pasará la fascinación de los humanos
cuando miran un perro hambriento en las salidas de los callejones.
Lo sé porque reconozco las despedidas como cansancio acumulado
sobre mi cuerpo.
Ilse Argentina Linares Santos. (Tierra Colorada, Guerrero. 1994). Estudió Literatura Hispanoamericana en la Universidad Autónoma de Guerrero. Recibió mención honorífica en el género de poesía en el III Premio Estatal de Cuento, Poesía y Ensayo literario joven 2014. Seleccionada por la Fundación para las Letras Mexicanas en el curso de creación literaria para jóvenes 2015 y 2016. Participó en el festival cultural Interfaz en 2016. Ha publicado algunos poemas en el periódico de la ciudad de Colima El comentario Semanal, Revista Asalto, Revista de literatura mexicana contemporánea, y en las revistas electrónicas Carruaje de pájaros, Tercera Vía, Revista literaria Taller Ígitur y cuento en Revista Monolito. Ha tomado talleres con los escritores Pedro Serrano, Balam Rodrigo, Antonio Deltoro y Jorge Esquinca.