LOS LIBERALES MEXICANOS DEL SIGLO XIX
Las Actas de Cabildo constituyen un testimonio invaluable de la historia de la propiedad.
Los liberales mexicanos en el siglo XIX quisieron que todas las tierras ociosas fueran productivas. Con ese objetivo, expidieron varias disposiciones legales que, en principio, afectaron a la Iglesia y a los bienes comunales y, más adelante, intentaron aprovechar todas las extensiones sin dueño.
Así, en 1863, se expidió la ley de terrenos baldíos y, dos décadas más tarde, la que permitió la colonización y el funcionamiento de compañías deslindadoras que hacían planos de los terrenos desocupados para que los particulares los adquirieran. En el estado de Guerrero, esa legislación fue incorporada a la Constitución local desde 1874 y, posteriormente, se promulgaron varias disposiciones para llevarla a la práctica.
Cuando se hacía una denuncia, la Secretaría de Hacienda pedía al gobierno estatal información para tener la certeza de que las propiedades en cuestión no estaban en litigio. Este, a su vez, la solicitaba a los ayuntamientos, por lo que las Actas de Cabildo constituyen un testimonio invaluable de la historia de la propiedad.
Así, por ejemplo, en la sesión del Cabildo de Chilpancingo, del 23 de septiembre de 1897, se trataron diversas denuncias, tanto de sitios urbanos en los barrios de San Antonio y San Mateo, como de terrenos de labor en la barranca de Pezuapa, Atiopan, Ixtemalco e, incluso, de las haciendas de Soyatepec, la Imagen, Palo Blanco, Acahuizotla y Buenavista.
En ese tiempo, el presidente municipal de Chilpancingo era Ignacio Calvo, el síndico Felipe N. Vélez, los regidores: B. Martínez, Ramón Peralta Ortiz, R. Muñiz, Carlos Catalán y Adalberto Catalán.
María Teresa Pavía Miller, Centro INAH Guerrero.