Parábola de la cizaña
Aunque la cizaña estorba al trigo, también lo hace más hermoso de contemplar Martín Lutero De manera que, como se arranca la cizaña y se quema en el fuego, así será en el fin de este mundo… y los echarán al horno de fuego; allí será el llanto y el crujir de dientes. Mateo 13, 40 y 42 Sin malicia no tiene sentido escribir Federico Vite
Parábola de la cizaña obra de Federico Vitae, publicada por primera vez en el 2018, obra donde cada oración está calibrada a consciencia, de esos calibres que ponen al lector a la reflexión continua, no da tregua al descanso.
El primer intento que tuve para leer esta obra de Federico, me quede en la primera página, hasta ahí llegué, cuando leí “…ese cuerpo fue la geografía de una batalla entre dos misterios que se impactaron sin tregua: la demencia y la fe.” Cerré el libro, estiré la espalda, respiré profundo, releí varia veces esa línea. Con esa tuve, circunvalaciones se dieron en mi mente sobre la demencia y la fe, dónde arropa una a la otra, dos misterios divididos por una línea delgada como una navaja de rasurar. Tuvo que pasar un año, al saber de su reedición por otra editorial, volví al librero por él, y ya no nos soltamos, la demencia y la fe, el hilo conductor de principio a fin, o en el caso de la novela de fin a principio.
El reclusorio donde arranca la escena de Xavier sin cabeza, es probable un imaginario del reclusorio de Acapulco, pero pese a que haya ecos de ese sector del puerto, eso no lo ata a una geografía específica, el lector podrá elegir el penal que emane de su imaginación. Federico Vitae dio lectura de Parábola de la Cizaña en el CERESO de Acapulco, en donde un recluso eufórico le gritaba: “yo quiero ese libro”, solo faltó que Jesús, el enano, hubiera aparecido a dar testimonio de cómo Dios tiene grandes misterios.
La historia empieza con el paroxismo de una tormenta, que en el cielo los rayos plasman la figura de un alacrán, donde la ventisca sacude las almas de los presos y ratas que habitan en el penal. Xavier ya con la psicosis bien posicionada que lo vuelve un mensaje viviente de Dios, será llevado a un viaje hacia atrás, hacia el pasado inmediato, donde sabremos que por tratar de alimentar a una jauría canina es llevado preso, llegaremos con Luis, su amigo quien también está atravesado con el tema metafísico y teológico. En ese trayecto, al vuelco hacia atrás, no toparemos con un periodista que está dando fe de la mala hierba sembrada en la tierra, la pura cizaña, él solo es un testigo, lo sobrepasa la cantidad de acciones fúnebres.
La voces celestiales que llegan a Xavier, las palabras de todos los personajes no atan, no son ajenas de lo que el lector se pueda decir, ateo o religioso será tocado, la temática teológica está en toda la obra; la cizaña es sembrada por el Diablo dice Jesús de Nazaret al explicar la parábola a sus discípulos, pero la cosecha será quemada por lo ángeles enviados de lo celestial. Me intriga quién o quiénes son el trigo en la obra, ¿el niño que juega con los soldado de plástico? ¿La mujer asesinada y violada? ¿La hija del Enano? ¿Quién es el trigo?
En estas fiesta decembrinas topé a Vite en el Bar Britannia, preposada convocada por la escritora Brenda Ríos, le comenté a él, que releí su novela, le dije: el enano. Y él respondió: el pinche enano, con un risa espontánea. Fuimos interrumpidos por el ¡salud!, ya no indagué más, ahí le dejamos, me dije. El trigo puede esperar. Le di un trago a mi cerveza, saboreando la distopía que nos espera.
En el siguiente link, podemos constatar el cuidado que tuvo el escritor en cada una de sus líneas. Una joyita de libro.
http://uamradio.uam.mx/index.php/75-programacion/bajo-demanda/capsulas-en-tu-voz/789-cuento-054