La Danza de las balas
Florentino Solano
El escritor y músico Florentino Solano ganó el Premio de Literaturas Indígenas de América (PLIA) con la crónica "La Danza de las balas", en competencia con otras 33 crónicas de más de 20 lenguas originarias de Perú, Argentina, Guatemala y México.
Florentino Solano es originario del municipio de Metlatónoc, ubicado en la Montaña alta de Guerrero.
La entrega del premio será el día 3 de diciembre en el marco de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara.
El escritor Florentino concedió entrevista a ADN Cultura:
¿Cómo te sientes con el premio que acabas de recibir?
Estoy emocionado por este reconocimiento porque además de reconocer mi trabajo literario, también implica reconocer la violencia que se ha ejercido sobre los pueblos originarios de México. Cuando me llamaron para informarme que mi texto resultó ganador, fue un momento de sentimientos encontrados, pues por un lado está la satisfacción de haber logrado un buen texto, pero también se me vinieron a la mente las tantas historias de violencia que tienen lugar a diario los pueblos originarios, tantas historias de pobreza, de abandono, de violación de derechos humanos.
¿Qué tanto esta obra literaria se podría tomar como anécdota si fuera el caso?
Es una obra escrita a partir de un hecho real, una historia que a muchos de la generación de mis padres y de mi generación nos tocó vivirla, y por supuesto que es una anécdota: se puede encontrar en dos notas publicadas en el periódico La Jornada (02-04-1998 y 26-09-2000) y una en El Universal (27-09-2000). Pero lo más importante es que permanece viva aún en la memoria de los habitantes de Metlatónoc. Cada uno lo recordará a su manera, pero este trabajo fue la reconstrucción de ese hecho y otros previos que ayudaron a construir el panorama que pretendo proyectar, contándolo desde una forma literaria.
¿Cómo fue tu acercamiento con la literatura? (Tanto en general como con tu lengua)
Yo nací en una familia cuya única lengua era el Tu'un Savi, por lo que fue la primera que aprendí. El español lo aprendí ya en la Secundaria, obligado por los profesores. Y como en aquellos años no había en las bibliotecas escolares libros en lenguas originarias, me puse a leer obras en español. Así fue como nació mi pasión por las letras. En la preparatoria fue donde comencé a imitar algunos textos en español y en la universidad fue donde comencé a buscar el escaso material existente sobre mi lengua materna, pues apenas se estaba trabajando en la formación del alfabeto, y así comencé a escribir en mi lengua. Y como sabemos, en nuestro país es muy difícil que te publiquen en tu lengua, tuve que mandar a los concursos mis textos en español y así fue como recibí propuestas para publicar.
¿Por qué crees que es necesario que los indígenas escriban?
La historia nos ha confirmado que una lengua que no se habla y no se escribe, poco a poco se va perdiendo, por eso es necesario escribirla, hablarla, cantarla, rezarla, para que otros la lean, la escuchen, para que se transmita, para que quede para la posteridad. Es necesario también escribirla porque en el universo del Ñuu Savi (pueblo de la lluvia) muchas cosas sólo se pueden decir en esta lengua.
¿Qué edad tenías, cómo y por qué fue tu salida de tu región? (Tiene que ver con el proceso migratorio)
Yo vengo de una familia que gran parte de su vida fue jornalera migrante, así que desde que tuve uso de razón ya andábamos de un lado a otro, yendo y volviendo por temporadas. Por eso cuando me casé con mi esposa, no teniendo muchas opciones laborales en mi pueblo, me vi en la necesidad de tomar camino con mi familia y a los 21 años llegamos a San Quintín, Baja California y aquí seguimos hasta ahora porque no me gustaría llevar a mis hijos de un lado a otro como me pasó a mí de niño.
¿Algo que quisieras agregar?
Pues solamente agregaría que es un reconocimiento que dedico a mis padres por haberme enseñado mi lengua y por haber enterrado en mi pueblo mi ombligo para no olvidar mis raíces. Y a mi esposa y a mis hijos porque sin su apoyo no habría podido tener el tiempo y el espacio para escribir el texto.