Aviación en Guerrero (Parte final)

AVIACIÓN EN GUERRERO (Parte Final)

 

INCIDENTES DE LA TIERRA CALIENTE

Incidentes de la Tierra Caliente de esta región si recuerdo varias aventuritas, como fue la vivida cuando fuimos a probar el servicio eléctrico de la obra recién construida en San Nicolás del Oro. Este lugar, cuna natal de doña Eva Sámano de López Mateos, está enclavado en plena Sierra Madre del Sur y distaba muchas decenas de kilómetros del lugar más cercano comunicado por carretera.

Para facilitar el acceso al poblado, los vecinos del lugar hicieron un pequeño campo aéreo, sólo que: no encontrando en esa serranía lugares llanos, lo tuvieron que hacer muy pequeño, con vientos dominantes de través al campo y ubicado a casi 10 kilómetros de su comunidad. Como la línea y la red eléctrica se habían construido mediante un enorme esfuerzo y sin abrir una brecha carretera programamos la puesta en servicio con una primera (y última) visita de mi parte, del responsable de la obra que era Constantino Flores, de la Jefa de servicios de CFE en Arcelia: María Núnez, y de los compañeros de la Junta de Electrificación: Héctor Jiménez y Antonio Neria. Alquilamos una avioneta en Arcelia y se programaron dos vuelos, dadas las dificultades de aterrizaje y despegue (de conformidad con la información que nos dio el piloto, quien nos hizo saber que salvo casos especiales o de vida o muerte, el evitaba volar a ese campo). Me tocó viajar en el penúltimo vuelo.

Al llegar a Altamirano, nos esperamos a que llegara el último vuelo lo cual tenía a todos preocupados, ya que para entonces la obscuridad era grande y como el campo no tenía luz, hubo que orientar al piloto mediante una señalización formada por las luces de los varios automóviles que habla en la pista, lográndose así un aterrizaje venturoso. Como el del Cap. Calderón (que nos llevó a San Nicolás del Oro), quien por exceso de fatiga se durmió y estrelló en un cerro próximo a Tixtla. En una ocasión, vino de Oaxaca el Ing. Clemente Flores Morales para tomar algunos acuerdos con el Gral. Lázaro Cárdenas (Vocal de la Comisión del Balsas). Lázaro Cárdenas fue acompañado por Miguel Santoyo y yo en su visita llevo a cabo en Altamirano. Al regreso de esta ciudad a Chilpancingo, lo hicimos en avioneta y desafortunadamente, ya después de las 14 horas.

 

PILOTOS DE GUERRERO Y EL PRIMER AUSTRONAUTA MEXICANO

Seguramente en diversos lugares de Guerrero han surgido “Aguiluchos” que enriquecieron y siguen enriqueciendo la historia de la aviación en nuestro Estado. Viene a nuestra memoria el nombre de   Antonio Suck quien fuera tan admirado y querido en Chilpancingo, así mismo el de Enrique Estrada Castañón quien dejara honda huella dentro de esta actividad. En los tiempos actuales figuran pilotos como Jaime Castrejón Neri, quien tripula un moderno Jet al servicio de una importante empresa nacional con actividad internacional y para cerrar con broche de oro, hagamos referencia familiar, el Doctor Rodolfo Neri Vela quien es el primer “Mexicano” que logró viajar al espacio y el que en su libro "El Planeta Azul", nos relata las vivencias de su viaje en el orbitador "Atlantis", con una duración equivalente a 7 días terrestres, en el cual la nave logró dar 109 vueltas alrededor de la tierra en la Misión 61-B de la NASA y por lo que fue galardonado con la Medalla de Vuelo Espacial y un Certificado. En su libro nos hace conocer interesantes aspectos de la Conquista del Espacio, (en las que para nuestro orgullo señala haber nacido en Chilpancingo el 19 de febrero de 1952 e indica su arraigo y cariño por la entidad Guererense). Nos da referencia de la forma en que gran su viaje al espacio, da cuenta de los preparativos del mismo, de su entrenamiento en la NASA y del vuelo y los experimentos que realizó en esa ocasión.

 

AERO-ANGUSTIAS EN LA ZONA NAHUATL-MIXTECO – TLAPANECO.

En esta región denominada por los guerrerenses "La Montana", al querer aterrizar en el campo aéreo de Tlapa, estuvimos a punto de chocar con las líneas telefónicas instaladas recientemente, que el piloto no había visto con anterioridad o se había olvidado de que las habían tendido, lo cierto es que, afortunadamente, alcanzó a verlas poco antes de chocar contra ella dando un brusco ascenso. Como ya no podía tomar altura nuevamente, se clavó hacia el campo en donde dimos un fuerte bote, para en seguida dar otros menores, hasta lograr hacer un alto forzoso en el límite mismo de la pista, la cual como todas las de esta región, era de muy reducidas dimensiones, dado la escasez de terrenos llanos que tiene la entidad en general, pero muy en especial esta zona. Una de las pistas más pequeñas era la de Cualác, localizada en la cima de un cerro próximo al poblado. Hicimos un vuelo a este lugar acompañando al Ing. Arquímides Catalán, electrificador de esta zona y candidato ha diputado de la misma. Cuando se trató de emprender el regreso, se vio la necesidad de hacer dos vuelos, dada la extensión de la pista y el peso por transportar. En el segundo vuelo Sólo íbamos el piloto y yo pero con el equipaje y numerosos paquetes de papelería, por lo que el avioncito iba bastante pesado.

En Ahuacuotzingo, si no mal recuerdo, también tuvimos que maniobrar con dificultad, ya que la pista estaba formada por dos faldas de cerros con pendientes encontradas, las que se unían con un pequeño puente. Esto impedía encarrilar o parar fácilmente el avión. Nunca volé a Malinaltepec, pero dentro de aéreas me la recomendaron estas difíciles pistas como especial, pues se trataba de un pequeño llano rodeado de altas montañas a donde había que entrar y salir en tirabuzón.

 

PERIPECIAS AEREAS EN LA COSTA CHICA

En esta región también me tocó experimentar algunas emociones, las que indudable mente eran agigantadas por el miedo, como fue el caso de un vuelo de reconocimiento que hicimos con don Enrique Caraza, para ver la posibilidad de hacer un aprovechamiento hidroeléctrico en "El Puente", próximo a Xochistlahuaca. Buscamos en Ometepec al "Bode", un piloto muy experimentado el que desgraciadamente no nos pudo hacer el vuelo. Había sin embargo, otro avioncito disponible el que logramos alquilar para nuestro propósito.

Al abordar el aparato, me di cuenta de sus tristes condiciones, ya que ni la puerta cerraba correctamente y había que irla jalando para mantenerla cerrada, según el piloto, no había ningún peligro pero yo sentía que en cada viraje me salía del avión e iba agarrado hasta con las uñas de los pies.

Todo terminó con felicidad y aparentemente los riesgos sólo estaban en nuestras mentes. Por este mismo rumbo, hicimos una visita a varios pueblos, teniendo que trasladarnos a algunos de ellos a pie y a caballo. Entre otros, nos acompañaban Francisco Valdéz y Constantino Flores. Al llegar a Tlacoachistlahuaca, decidimos viajar cómodamente a Ometepec volando.

SINGULAR ATERRIZAJE EN COSTA GRANDE

En la Costa Grande no recuerdo aventuras fuertes, porque poco volé en esta región, ya que prácticamente la totalidad de mis viajes los hacía por carretera. Sólo tal vez es de comentarse el vuelo que hicimos en un avión de CFE (Comisión Federal de Electricidad), el que tenía dos hélices, una que operaba hacia el frente en la parte delantera y otra localizada en la parte posterior de la cabina.

Hacíamos el trayecto de Acapulco a Zihuatanejo y no tuvimos incidentes en el viaje, pero al llegar al término de nuestro vuelo y querer aterrizar, un viento de cola hizo que el avión se desviara mucho con respecto al eje de la pista. Afortunadamente, el Cap. Alcaraz con gran habilidad logró corregir la trayectoria del aparato de tal manera, que al tocar tierra su dirección ya no estaba tan desviada y logramos llegar sin novedad.

Nosotros nos asustamos bastante, pero los compañeros de trabajo y autoridades locales que nos esperaban en tierra, al ver las peripecias de nuestro aterrizaje, creyeron que coincidía el fin de nuestro viaje a Zihuatanejo y por este mundo y así nos lo comentaron.

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