Prisión de pájaros
María no hace más que recordar el día en que le entregaron el cuerpo aún tibio de su hijo. El día que nació quedaron ahogadas todas sus esperanzas.
Los dolores del parto fueron insufribles, sintió que desfallecería, pero al final, logró parirlo. En cuanto nació, quiso mirarlo y besarlo, pero los médicos asistieron al niño en la rutina de rigor, y casi mecánica, que le aplican a cada infante al venir al mundo. Su hijo no lloró nunca. Se fue como el suspiro que nunca exhaló. “Se ha convertido en un ángel”, le dijeron todos, pero ella no lo cree así.
A María le gustan mucho los pájaros, se le figuran que son como su niño, que bajaron del cielo para transfigurarse en un cuerpo que ahora está preso entre jaulas de metal, así como su hijo está aprisionado bajo la tierra y, al igual que ella, que vive encerrada.
Pero ahora los pájaros la tienen a ella que los cuida, los alimenta y les canta; desea liberarlos pero aquellos hombres que siempre la vigilan no la dejan, como no dejaron que desenterrara a su bebé para que no sufriera en la oscuridad, el frío y el silencio.
La monotonía de los días de María, entre plumas y cantos, sólo se inquieta las veces que Braulio viene a verla, visitas que son cada vez más aisladas. Braulio le pregunta cómo se siente, si ha comido, si duerme. Ella no le contesta, sólo lo mira. Lo odia por haberla traído a esta casa.
Ha pasado mucho tiempo desde su ataque de locura. De ella misma y del mundo, no sabe nada. Sólo recuerda el nombre de sus aves, porque a todas las llamó como a su hijo.
Dinorah Ponce García
Nació en Coyuca de Benítez, pero creció y ama vivir en lo que ella considera un pueblo mágico, El Embarcadero. Ama las letras y los libros desde niña, pero no fue hasta el taller "Red de letras 2019", en el que a través de sus mentores descubre y deja aflorar lo que tenía reprimido en su interior: el ímpetu por escribir. Es una mujer de espíritu voluptuoso y semblante insolente, ama a los gatos y los dinosaurios siempre conmueven su corazón. Algunos describen su escritura como visceral y emocionalmente violenta pero ella se considera cursi y extravagante.